Somos Guerreros, no prisioneros
Los seres humanos somos una especie de oro pulido en fuego.
El Vigiador, Montecristi. – A pesar de las circunstancias de la vida, los afanes, las dificultades, las enfermedades; a pesar de tener el corazón entristecido por la pérdida de un ser querido, por la falta de compresión y el juicio de los demás; a pesar de todo eso, continuamos la carrera de la vida, como soldados en la batalla, dejando todos estos achaques detrás y enfrentamos la vida con un corazón quebrantado, pero fuerte y decididos a seguir adelante.
Por eso, llora, grita, caes, tropieza, entristece; pero enfrenta la vida de manera positiva, teniendo siempre en la mente que Dios es tu padre y hacedor, y tú el arquitecto de tu destino.
Cuando Dios quiere verte en un Palacio nadie podrá mantenerte en un pozo.
Por: Domingo Cruz Torres