Hacia un partido de causas sociales

 Hacia un partido de causas sociales

Enfoque: Más allá de la Coyuntura

Santo Domingo, RD. – Por el análisis que he reali­zado sobre la evolución del Partido de la Liberación Dominicana, es­toy convencido de que ha llegado el momento del Tercer PLD, un partido de Causas Sociales. Soy cons­ciente de que transformar al PLD, para adecuarlo a la sociedad actual, gene­ra preocupación y tensión en algunos sectores inter­nos. Pero como bien expre­só el Prof. Juan Bosch, “el que no es capaz de ver in­telectualmente, en su cere­bro, que todos los procesos son partes de determinados desarrollos; o lo que es lo mismo, el que no ve el de­sarrollo como un fenómeno que se cumple a través de varios procesos sucesivos, es decir, que van siguiendo uno al otro; ese no puede dirigir políticamente a na­die.” (Vanguardia del Pue­blo No.10, Dic. 1974)

En efecto, hoy más que nunca el PLD debe mostrar­se ante la sociedad dominica­na como un Partido capaz de agotar procesos y, a la vez, su­perarlos. Por eso, aseguraba el mismo Prof. Juan Bosch que “no hay que preocuparse por el porvenir del Partido, que mientras esté bien dirigido, es decir, mientras no engañe o confunda al pueblo, manten­drá su autoridad moral sobre él, y autoridad moral quiere decir autoridad política.” (Van­guardia del Pueblo No. 5, Oct. 1974) Ese es el gran reto fren­te al cual se encuentra el PLD hoy en día: reeditar la confian­za de una sociedad que por 16 años consecutivos le mantuvo gobernando.

Intérprete de Causas Sociales
Para reeditar la confianza de la ciudadanía es preciso enten­der que ya no es suficiente que el PLD sea organizado y dis­ciplinado, como el Partido de Cuadros. Tampoco es suficien­te que sea el Partido más gran­de y fuerte, como el Partido de Masas. Desde mi punto de vis­ta, es indispensable que el PLD muestre y demuestre que es un real instrumento de inter­pretación de las Causas Socia­les de la gente. Pues de esa for­ma podrá tener la capacidad, en tanto organización política, de convertir los problemas y sueños de la población en po­líticas públicas efectivas.

Ahora bien, para ser un buen intérprete de Causas Sociales debe contarse con tres cualidades. En primer lu­gar, tener la “vocación de es­cuchar” a las personas para conocer sus problemas y as­piraciones. En segundo lu­gar, poseer la “preparación para entender” los proble­mas, sus causas y efectos. En tercer lugar, poseer la “capa­cidad de traducir” esos pro­blemas y sueños en políti­cas públicas. De esta forma, desde la oposición el Partido podrá realizar críticas y pro­puestas legítimas. A la vez, desde los estamentos del Es­tado donde tenga presencia podrá impulsar iniciativas de leyes y actuaciones efectivas.

 

El Tercer PLD

Por esa razón, el Tercer PLD debe ser un Partido de Cau­sas Sociales como la vía más idónea de cumplir su propósi­to fundacional. Para ello, debe convertir su vocación de escu­char al pueblo en espacios de participación social. A la vez, instituir estructuras técnicas de alto nivel científico para el abordaje de la realidad. Por otra parte, debe contar con una estructura político – pro­fesional capaz de formular po­líticas, planes y proyectos via­bles. Ahora bien, lo anterior será efectivo sólo con una in­tegración orgánica de las Tec­nologías de la Información y la Comunicación.

En ese sentido, las TIC ade­más de ser instrumentos para actuar sobre el territorio, tam­bién son el territorio mismo de actuación política. Si esto no es entendido, el Partido irá siendo desplazado del esce­nario social. Tal como expresa Moisés Naím en “El Fin del Po­der” (2013), ya existe una in­evitable dinámica política en un número creciente de paí­ses: “el uso de las redes socia­les para movilizar y coordinar grandes grupos de activistas alrededor de una causa sin ne­cesidad de depender o siquie­ra involucrar a las agrupacio­nes políticas de siempre.”

El PLD puede y debe rei­vindicar sus principios fun­dacionales y su misión ori­ginaria en este proceso de transformación. Pero debe asumir sin demora nuevos mecanismos y formas orga­nizativas que garanticen una relación orgánica con la so­ciedad. Debe garantizar que la dimensión política siem­pre sea la que conduzca su accionar, por encima de la di­mensión electoral. Debe ser una organización que conoz­ca y reconozca a sus afilia­dos y militantes, pero que a la vez respete y valores a los ciudadanos como personas y no como simple votantes. El Tercer PLD debe plantearse un Proyecto Nación que sur­ja de una interacción con la ciudadanía para que sea fiel interpretación de los proble­mas y sueños de la gente, de sus Causas Sociales.
Por: Andrés Navarro

Angel Marcelino

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